El perdon

Que puedo decir, si ya no estas aquí
Al final tus pasos se fueron del edén
Que puedo sentir, si tu fuego se apago
Si ya no das a la talla de mi viejo corazón.

Que pase el mar, con cada ola lavaré tus ironías
Que pase el sol, con cada resplandor alumbraré tu oscuridad
Que pase el viento por mis poros, que se lleve mi triste
Que pase este fuego interno, lava de un volcán que va estallar

No se por cuánto tiempo más
A la deriva quedara mi roto corazón

No se por cuántas horas más
Mis lágrimas en mis mejillas rodarán

No quiero ni pensar, que el cuerpo se levante con ganas de correr
Correr a ti, buscarte.
No quiero ni imaginar, tu mirada fría en el desván colgado de una cuerda
O sumergido en una fosa

Una silla más al otro extremo de la ventana
Quiero salir disparada
Y darme contra el suelo, al verte ahí parado frente a mí
Con tu sonrisita irónica… esa mueca cínica que me va desquiciando

Que mas puedes pedir, me estas dejando hundida, soy tu Titanic personal
Eres un iceberg, solo témpano de hielo, no creo que tengas nada en tu interior
Me ves aquí.
En medio de este charco de sangre, que no deja de fluir, por mis muñecas abiertas

Que pase el agua
Que pase el aire
Que pase el cielo. Por mi costado.- que no me deje jamás llegar a ti
Sediento de venganza, crepúsculo oliendo a muerte
Rojo de furia, como el minotauro febril, buscando arrancar tú podrido corazón

Que pase el mar, que en su murmullo me traiga sosiego
Que pase el sol, que su calor amaine mi ira, que la aplaque con su fulgor
Que pase el viento, que sus suaves brisas me den la calma, que su silbido me hable del perdón.