AMIGOS DE SIEMPRE

Datos personales

Mi foto
Santa Cruz de Tenerife, Santa Cruz de Tenerife, Spain

martes, 1 de septiembre de 2009

MIRATE







Mírate, caminando cabizbajo, sin señales de pasión
Donde se quedo rendido tus esperanzas al amor
Vas por la ruta del olvido, no hay en tu camino
Ni una pizca de ansiedad.

Hoy te quedas frente al mar, esperas un suspiro enamorado
Te pones a añorar
Te cuentas un relato imaginario
No hay nadie a tu alrededor, que quiera oír tus relatos cortos de pasión
Mil mujeres que pasaron por tu vida, pero no recuerdas un nombre especial
Mil amores y ni un solo nombre que gritar a la brisa del mar.


Pobre triste viejo con la mirada perdida, sin capacidad de entender el amor
En tus pasos que se pierden, por los muros silenciosos
Un clavel y una margarita que jamás sus almas juntaron,
¿Y cuantas margaritas había en tu jardín?

Tu aislado en tu mundo sin fe, cansado de noches pasionales
De sexo febril y absurdo, de sudores agotadores, donde nunca entregaste el corazón
Y sin embargo el amor toco tu puerta no una.
Si no mil veces toco
Y jamás quisiste dejarla entrar, quizás temor, quizás dolor
Pero el amor nunca logro doblegar tu corazón curtido en la ginebra.


Hoy te cansas de llorar a solas en una habitación vacía
Hoy que la vida se escapa por la ventana y el alma quiere salir disparada
Te vuelve a interrogar
¿Por qué? ¿Por qué vivir sin un amor?
Mirando tus ojos hundidos, y sentir tu aliento a desdén
Te confortas en solo pensar.

“Nunca sufrí por un querer, nunca llore a una mujer,
Aunque las mil y una que pasaron por mis brazos
Se haiga roto en mil pedazos sollozando por mi amor,
Feliz me encuentro en mi soledad, sin tribulaciones ni pleitesías
Enajenado a mi disconformidad de vivir mi vida como la quería”


Aunque en tu soledad, un minuto de lucidez te hace desear
Una esposa, un hogar.
Hay la soledad te atraganta la factura de la vida
Te da zancadillas y volteretas vivir en una casa vacía.
Silencio perfecto donde hasta el viento tiene miedo de entrar
Solo el eco cerrado de tu vozarrón, da un quejido estrepitoso
Y tu vida se esfuma en un otoño cualquiera
Donde nadie llorara por ti,
Donde a nadie le conmoverás
No habrá flores ni mucho menos margaritas.