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lunes, 22 de marzo de 2010

Cuentos Inmigrar al cielo


Dedicado a esas mujeres inmigrantes victimas de la violencia de genero




Inmigrar al cielo



Hace 2 años, acompañe a una amiga hasta el aeropuerto, se iba a España. A cumplir unos de sus mas grandes sueños, fue en ese mismo momento, que ese mismo sueño de lucha y sacrificio se entro en mi pecho, anhele con todas mis fuerzas, ese porvenir, ya no sabia decir mas nada, que quiero ir a España. Mis sueños, eran tan grandes que hacia castillos, sobre mi misma, me deslumbré como una niña pequeña, al fin después de dos años, mis sueños se comenzaban a tornar reales, la tan ansiosa visa España, llegaba después de muchos intentos por obtenerla, me dije a mi misma, aquí empieza mi suerte, todo a partir de ahora, me ira muy bien, que feliz estaba yo, y veía a mis padres que no estaban tan contentos, quizás por que ellos, sabían, algo intuían, algo que yo no podía percibir, por que estaba tan feliz, que mis expectativas comenzaban a hacerse realidad, ese día, con lagrimas en los ojos, me despedían mis padres y hermanos, hasta los familiares, que yo creía nunca me habían querido ese día , estuvieron acompañándome al aeropuerto, por fin me dije , por fin, me voy tras mis sueños.

Llegue a España. La amiga que tanto prometió ayudarme, me daba la espalda, a la semana que había llegado, debes irte de mi casa, me dijo, a mi marido, no le gusta que estés aquí, búscate la vida.

El idioma no era un problema, pero me quedaba en la calle, sin techo, sin lugar para dormir, sin alimentos, sin dinero, y sola, sin amiga, pensé que pronto encontraría un lugar donde refugiarme, baje un día completo, con mi maleta, en una casa, me permitieran dejar mis cosas, a cambio tenia que pagar, por el día, 5 euros, así que pague 2 días de resguardo y compre un diario, no conocía la ciudad, tenia que mirar ofertas, iba a todo lugar donde necesitarían una ayudante, pero nadie me empleaba, llegaba la noche, donde dormiría era mi pregunta.
Esa misma noche conocí a una muchacha, me llevo hasta unos amigos, todos muy alegres, Vivian en las calles, igual que yo a hora, era uno de ellos, al menos esta noche no dormiría sola, cuanto frío sentía, cuanto dolor en mi corazón, mis sueños, mis metas, todo parecía mas lejos, era todo mas inhumano, llore, y me prometí a mi misma, que no caería en las drogas, ni nada de eso, esa noche pase con ellos, pero al día siguiente me marche, un anuncio llamaba mi atención, se necesita señorita masajista.

Me fui a buscar a quien puso el anuncio, efectivamente, se necesitaba una señorita, y cuando llegue, me vieron de pies a cabeza, parecía que mi aspecto físico, tenia que decir la ultima palabra, que efectivamente me consiguió el trabajo, le conté un poco mi situación al encargo, seria después mi jefe.

Me ofrecía un lugar donde dormir, y un pago que me parecía a mi justo, 400 euros, al mes, por trabajar en un sitio que el llamaba spas. Pues así trabaje durante mucho tiempo, casi 1 año, ha pasado ya, esporádicamente envió dinero a mis padres, y les escribo, diciéndole, que toda esta muy bien, que la vida es mucho mejor aquí, que me siento muy feliz. Pero todo eso es mentira, la vida no ha sido buena desde que me fui de mi país, he pasado hambre, y aun estando en este trabajo he sentido humillación y desprecio por mi misma, lo de masajista solo era un engaño, lo real, es que somos muchas chicas aquí, las que nos prostituimos, que si no quiero seguir mas con ellos, a donde me iría, al menos así puedo comer, y dormir en un cuarto, se que hay chicas en peor situación, me da asco mirarme al espejo, ya no soy la misma, he cambiado, pero eso no se lo puedo decir a mis padres, eso jamás se los podría contar, en que momento me ilusione de venir a España, en que momento, soñé con esta idea absurda, quizás será mi castigo, quizás la vida me esta enseñando que jamás debí dejar mi familia, mi casa, mi gente, aun después de 2 años, siento una soledad inmensa, tan grande como la capilla, tan llena de ausencias vacíos, mi voz se hizo inútil, nadie me escuchaba, no había una sola amiga, un abrazo sincero, no había nada de eso.

Pasaron así 4 años, tenia ya reunido un dinero, había pensado en regresarme a mi país, total aquí me siento demasiado sola, me repetía una y otra vez, cuando caminaba por las calles, las únicas compañías eran muchas veces de los policías, que solía me paraban para pedir mis papeles, y como no los tenían, siempre terminaban llevándome al calabozo, ahí si quería salir, tenia que dejar que abusaran de mi, y esos eran los que cuidaba la ciudad de gente indeseable como yo, mis ojos estaban cansados de llorar, ya tenia todo preparado para irme y volver a mi lugar de origen.

Hasta que esa mañana lo conocí, muy apuesto, joven amable, con sonrisa agradable, quería conocerme, me oía, se interesaba por mí, no pude engañarle, le conté mi historia, mi paso en España. Y hasta donde había llegado, a tocar fondo, fue un consuelo a ver encontrado a un ser que me de tanto cariño, era especial, por fin mis penas se disiparon, y veía con luz mi futuro.

Después de 2 años, ya viviendo junto a este hombre, que logro sacarme de ese Spas( prostíbulo entre comillas), iniciando una vida con, empecé a comprender su ansiedad por estar detrás de mi, siempre y a cada instante, cada día, sentía que me acosaba mas, ya no permitía salir sola, una vez llego hasta de revisar mi ropa interior, para saber si me había costado con otro hombre, ya los golpes se volvieron rutinarios, cada día era mas violento, otra vez la desesperación me atrapaba, después siempre disculpaba sus ataques, diciéndome, que jamás me volvería a golpear, y que si lo hacia era, por que me quería tanto, que sentía celos de todos. Celos que no podía llevar, que siempre terminaba arrojándome contra la pared, siempre terminaba con la boca ensangrentada, muchas veces, mis vecinos, oían mis gritos de desesperación, pero nadie hacia nada, me di cuenta que estaba sola, sola como siempre, desde aquel día que Salí de mi país,, sola, otra vez mas, mi vida no valía nada, ya lo que tenia ahorrado, lo había gastado con este hombre, no podría regresarme, tenia miedo, miedo de salir ala calle, miedo de gritar, ese temor vivió conmigo, llorando a solas recordando a mis padres, llamándolos, gritando e silencio el nombre de mis hermanos varones, ya no estaban para cuidarme.

Esa mañana estaba mas bebido, intente escapar, era mi oportunidad, había echo ya una maleta pequeña, algo dinero aun me quedaba en el banco, intentaría irme, quizás a otro lugar donde no me encuentre, y esta vez si estaba decidida a regresar, España. No era mas una meta, ni un sueño, se había vuelto en una pesadilla, en una prisión, España a hora se convertiría en mi verdugo, cuando intente escapar, el despertó, hasta la puerta del portal, logre llegar, muchos vecinos vieron como el me cogia por los cabellos, y a bofetadas me llevaba casi arrastras al piso, gritaba, vi rostros, muchos rostros, algunos a nuestros pasos cerraban a puerta, quizás temor, quizás indiferencia, auxilio, auxilio, repetía mi voz, me dejaba llevar al lugar donde sabia bien, que seria el matadero, auxilio, socorro, llorando gritando, pero nadie se metió a defenderme, a nadie le interesaba, era una emigrantes mas, con problemas con su marido, seguro ya mañana volverán a ser felices habrán pensado toda esa gente, grite por primera vez el nombre de mi padre, llame también a mi madre, con todas mis fuerzas, como si me ellos podrían venir a socórreme, pero nadie venia, cada vez mas cerca del piso, pataleaba, arañaba, quería con desesperación, salvarme, madre , padre, hermanos, cuanto los extraño, cuanto dolor sentía no hay nadie, estoy sola, sola, con el que a hora será mi verdugo, sola, y sintiéndome vacía, sin fuerzas, sin aliento, sola.

Fue esa mañana que él acabo con mi vida, mis gritos quedaron en el tiempo, mi sangre derramada, cuando sentía la tibia sangre que corría por mis manos, y la vida se escapaba, logre divisar una persona amiga, era mi abuela, me indicaba que no tuviera miedo, que a hora todo seria paz que a donde me llevaba, no iba a sufrir jamás, me tomo la mano, y me dijo: vamos deja este dolor, vamos, que nos esperan, le pregunte a donde vamos, ¿a donde me llevas abuela?, ella respondió con dulzura.
Vamos a inmigrar al cielo.