En ese instante
Cuando todas las
luces se apagaban
Ese momento cuando
todas las voces, callaban
Cuando la mente
volaba al silencio
Y no había más risas
Ni luces de colores
Ni el color de tu
mirada
La mente se quedaba
suspendida en un vaivén eterno
No había hojas
verdes, ni el verde de tus ojos en mis recuerdos
No había melodías ni
pentagramas endecasílabos
No había risas de tus
labios, solo silencios
Miraba con los ojos
cerrados y te buscaba en mis latidos
Necesitaba encontrarte
y gritaba tu nombre
Mi pensamiento se
aferraba al recuerdo de tus risas
Y saltaba en mi pecho
tu voz
Tu voz
Tu voz
Esa que hoy está más
presente como la brisa misma
Como el aire de mi
isla
Como sabor a mar
salada, tus ecos abriendo olas
Tu mirada como, puesta de sol
Que encarnaba mi
oscuridad, más eclíptica
Que dibujaba
solsticios y equinoccios en la oscuridad más eterna
Que perfilaba mis
pupilas para volver al sol
Seguía el eco de tu
voz
Que me trasportaba,
como la música transportaba a Eurídice
Que seguía tus risas
Y al final del camino
la mirada dulce de tu rostro
Al final la luz del
sol
Sol que calienta las
entrañas
Sol que da vida.